Olaizola II, un pelotari completo
Olaizola II. Foto: @dabidargindar
Olaizola II. Foto: @dabidargindar


Olaizola II, un pelotari completo


Aimar Olaizola consiguió la primera txapela del 4 y ½ en el año 95, en el Torneo de Elgeta, el más prestigioso del campo aficionado. Y como profesional ha sido campeón en siete ocasiones, el récord en esta distancia.

 Como el propio Olaizola reconoce, es la distancia en la que me siento más cómodo pero es la distancia en la que tienes que ser más completo. Como no haces tanto daño con el golpe, como ocurre en el manomanista en toda la kantxa, debes tener todas las posturas, dominarlas, y además ser rápido.


Adaptarse a las circunstancias
Olaizola ha visto jugar y se ha enfrentado a los grandes de esta modalidad. Ha sido testigo directo de la evolución del juego en el acotado y ha sabido adaptarse como nadie a los cambios que los nuevos tiempos exigían.

 El juego del 4y ½ ha cambiado mucho, yo mismo he cambiado. Mi juego natural era jugar en largo y alargar el tanto. Buscaba la línea del 4 y ½ y a la vuelta, con pelota fácil, utilizaba el gancho para que diera en la línea del ancho, la que más daño hace a todos los pelotaris. En la contracancha estás fuera de sitio. 

Ahora se juega más corto, mucho más corto, porque casi todos los pelotaris, aunque juguemos a bote, buscamos el aire. Nos adelantamos. Antes hacíamos botar la pelota en el cuatro, ahora hacemos que bote en el tres. El juego de aire de los últimos años me ha obligado a cambiar y a amoldarme a esa forma de jugar. Muchos me preguntan qué estilo me conviene más. No lo sé, los títulos que he conseguido, no todos pero muchos de ellos, son sobre todo a partir de mi adaptación al juego de aire, al juego rápido.

Cualidades naturales
En el deporte, como en la vida, hay aspectos que se pueden aprender y mejorar pero otros son cualidades naturales, innatas, se tienen o no se tienen.

La primera es la mentalidad, la cabeza. Saber estar, saber dominar los nervios, saber darle la vuelta a un mal comienzo de partido. Normalmente no pienso en cómo jugar pero, aunque lo haya pensado, si tengo un mal día o lo tiene el contrario, cambio y busco la manera de hacer más daño. Saber cambiar y adaptarse al momento es muy importante. O saber hacer ese tanto clave que a veces trae otros tres o cuatro.

 La colocación y la intuición, son fundamentales en esta distancia corta y con un juego tan rápido. Porque, aunque seas muy rápido, si estás mal colocado, te cuesta más hacer el tanto. Además, saber esconder el golpe, proteger tu jugada y engañar o confundir al rival son vitales para jugar en el 4 y ½.

 Claves del 4 y ½.
Con un buen saque y un buen resto se tiene mucho ganado. El saque largo buscando la pared hace estragos. Aunque no se le dé tanta violencia, es mucho más difícil de restar para el contrario. En general, ahora, se saca más corto por el peligro de hacer pasa. Yo mismo, saco muy corto, no es una de mis mejores virtudes.

La postura con la zurda es necesaria para restar y para darle de costado, que hay que hacerlo muy a menudo. Es la mano con la que más daño se hace y con la que más daño he hecho y, aunque en mí es un golpe natural, es el que más he practicado, mucho más que con la derecha.

 

Olaizola II. Foto: @eduvid
Olaizola II. Foto: @eduvid

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